Al Dr. Noé Davidovich Madrid, 21 de febrero de 1972
Estimado Doctor:
He meditado sobre cuanto me informara ayer y he llegado a la conclusión que, en
los casos mencionados, que he podido comprobar en el archivo de mis
informaciones, se trata de personas que, si bien están ligadas al Movimiento
Nacional Justicialista, no tienen autoridad ni representación para hacerlo en
nombre de nuestro Movimiento. Como comprenderá, de sus actitudes personales,
sólo ellos pueden responder.
El Movimiento Nacional Justicialista, en una tradición de más de un cuarto de
siglo, ha demostrado fehacientemente que no alienta sentimientos racistas, ni
tiene, en manera alguna, antinomias raciales de ninguna especie. En cambio he
sostenido siempre la soberanía de los pueblos y el principio de su libre determinación, en cuyo concepto sostiene la premisa que, en esta clase de conflictos,
han de ser los pueblos los que deciden.
Es en este concepto que me hago un deber en asegurarle, en nombre de nuestro
Movimiento, que en sus actividades políticas no entra la discriminación, ni
participa en campaña alguna que pueda representar agravio para nadie.
Le ruego que, junto con mi saludo, quiera aceptar mis mejores deseos.
Juan Perón