MENSAJE A LAS “62 ORGANIZACIONES” MADRID. 8 de julio de 1970
Indudablemente que las 62 Organizaciones tienen que pensar bien en su misión
qué es lo más importante, ya sea para los conflictos intersindicales como sea
también para las tareas políticas. No hay que olvidar que las 62 Organizaciones son
el órgano político del sindicalismo argentino y por otra parte es el órgano de
conducción de la rama sindical del movimiento peronista. Es decir, dos funciones
que debe llenar y que seguir permanentemente.
El nacimiento de las 62 Organizaciones fue en la época en que le hacían cuestión
ala C.G.T. porque decían que sus tareas no eran gremiales, sino políticas. Entonces
fue necesario crear un órgano político. Como en aquella época existían las 32
Organizaciones, que eran gorilas, y las 62, que eran peronistas, se creó las 62
Organizaciones. Como órgano, diremos político del movimiento sindical. En ese
momento fue cuando se ganó también la C.G.T. y se formó una C.G.T. que obedecía
a la inspiración política de las 62 Organizaciones. Desde entonces ya quedó
establecido y se da una cuestión que será casi permanente en el futuro: que una
organización sindical que no obedezca a la inspiración política de las 62
Organizaciones, es porque es antiperonista. Siempre ha sido así. La C.G.T. que se
enfrentara con las 62 Organizaciones sería una organización antiperonista y
probablemente nosotros tendríamos que recurrir a lo que ya recurrimos en 1958,
cuando el fraude gorila hizo una C.G.T. que no era peronista, es decir, dentro de los
sindicatos formar las agrupaciones hacia una C.G.T. auténtica, como sucedió en
aquellos tiempos.
Bien. Esto en el orden, diremos, de la política sindical es fundamental, porque no
puede existir hoy y no existe en el mundo uno organización sindical que no tenga
su aspiración política. Ya se acabó eso de que los dirigentes sindicales deben
funcionar exclusivamente en la función gremial. No, porque entonces los dejan
para discutir por cinco centavos de aumento mientras los políticos hacen las leyes
que le niegan después hasta esos cinco centavos. De manera que hoy ya es una cosa
clara: Ias 62 es el órgano creador de esa fuerza. De la fuerza sindical en su
orientación política, es decir, la lucha porque la clase trabajadora llegue al
gobierno.
Este hecho que acaba de ocurrir es un conflicto intersindical más, y yo creo que las
62 Organizaciones no deben dar por el pito más de lo que el pito vale. Las 62 tienen
tu sello inconmovible, y tienen su tradición y se sabe perfectamente que todos
aquellos que están en contra de las 62 Organizaciones, estarán en el futuro contra
el movimiento peronista. ¿Par qué? Porque las 62 Organizaciones son el
movimiento peronista. Hasta ahora a todos los dirigentes sindicales -porque éste
no es un problema de masas, sino un problema de dirigentes- que se han colocado
frente al movimiento peronista, en general no las ha ido bien y creo que en el futuro
les irá peor; porque cada día soplan mejores vientos a favor del peronismo. Ya
hasta los gorilas más gorilas, como los que pertenecen a los comandos civiles
revolucionarios, han cantado la palinodia. ¿Qué será con los otros que eran
medianamente gorilas o que no eran gorilas? Yo recibo acá en mi casa la sensación
absoluta de esa realidad, porque aquí llegan dirigentes peronistas y dirigentes
antiperonistas también llegan muy a menudo acá. Yo he tenido oportunidad de
conversar con muchísimos de ellos. La mayor parte de la gente está de vuelta.
Ahora, los dirigentes sindicales que han sido siempre en la Argentina los mejores
peronistas, deben recapacitar, y esto hay que decirlo a todos los que actúen en la
Confederación General del Trabajo que termina da formarse, que si ellos trabajan a
favor de un gobierno que está en contra de las conquistas sociales, como han
demostrado ser Iodos los que desde 1955 a través de 1958 hasta el 66, y después del
66 Onganía, todos esos gobiernos han trabajado para suprimir las conquistas
sociales alcanzadas por el justicialismo. Desde suprimir el “status” constitucional
que le da constitución del 49 hasta la supresión de los convenios colectivos de
trabajo que es otro de los designios que están persiguiendo.
Si una Confederación General del Trabajo en la Argentina llegase a ayudar a
consumar el despojo más grave que se podía hacer al movimiento sindical
argentino y a la clase trabajadora como seria la supresión de las leyes que afirman
los convenios colectivos de trabajo, en ese caso, esta C.G.T. no se podría sacar
jamás el sello de la traición mientras exista el sindicalismo argentino. La posición
de las 62 Organizaciones en defensa de estos puntos, es decir de volver al “status”
constitucional y legal de las organizaciones sindicales, a mantener los convenios
colectivos de trabajo y hacer inamovible la ley de asociaciones profesionales, con
esas tres banderas, las 62 no solamente pueden vencer en este pleito intersindical,
sino que pueden hacer el basamento de su monumento que en el futuro le levantará
la clase trabajadora argentina. Por eso están en la lucha y no deben preocuparse
mucho por lo que está ocurriendo, estos son aspectos de la lucha; en la lucha no
solamente vence el que tiene razón y el que es capaz de luchar con todo valor y con
toda decisión, sino el que tiene más carácter para aguantar, porque la
perseverancia en la lucha y especialmente en la lucha sindical tiene muchas veces
mucha más importancia que hasta el valor y la decisión de hacerlo. Esta lucha debe
seguirse porque luchamos para el futuro, entonces tenemos todo el tiempo de que
deseemos; nadie le preocupe por esto, este es un hecho de los tantos hechos que
puedan producirse en la lucha sindical y que yo estoy totalmente seguro de que las
62 Organizaciones lo van a superar con creces. De cualquier manera deben saber
las 62 Organizaciones que cuentan con el apoyo incondicional del movimiento
peronista.
Yo les hago llegar a través de esta pequeña grabaci6n, no solamente mi solidaridad
y mi saludo, sino un gran abrazo y mis felicitaciones por cuanto hacen por
mantener puro y fuerte a las 62 Organizaciones, vale decir, al movimiento
peronista.
Juan Perón