Señor Doctor Don Arturo Jauretche Madrid, 10 de abril de1968
Buenos Aires
Mi estimado amigo:
Aprovecho el viaje del doctor Remorino, con quien hemos estado hablando de
Usted, para hacerle llegar, junto con mi saludo más afectuoso, mi congratulación
por una de sus características salidas con motivo de una afirmación de un marino
en una conferencia. Algunas veces, una sola palabra, suele ser más eficaz, cuando
se la elige bien, que todo un discurso.
He seguido siempre su prédica patriótica, tan elocuente como constructiva y eficaz,
especialmente en estos momentos en que la pobre Argentina está tan necesitada de
verdades. Hasta esta lejana Europa llegan los lamentos; sin embargo nada se puede
intuir por lo menos que nos haga pensar en soluciones. Hemos hablado mucho con
el Canciller Remolino y pienso que lleva ideas positivas, sobre las que ha de,
conversar con Usted. Espero que, entre los dos, puedan llegar a las mejores
conclusiones.
La situación Argentina en la hora que nos toca vivir ya no puede ser de
enfrentamientos parciales: es preciso vencer los divisionismos suicidas como única
manera de alcanzar la necesaria unidad y solidaridad ciudadana, que nos permita
enfrentar unidos a la línea nacional que domina. Usted ha sido siempre un hombre
de esa causa y le honra el hecho de que aún permanezca en la misma trinchera, en
la que también seguimos luchando nosotros. Es precisamente ahora cuando más
unidos debemos estar.
Remorino le podrá informar cuánto hemos charlado al respecto. Nuestro
Movimiento está intacto en las bases, aunque algunos dirigentes hayan
defeccionado, como comúnmente suele suceder cuando los hombres ceden a la
acción destructora del tiempo y la corrupción es provocada desde arriba. Esta
dictadura militar que, según dijo, venía a adecentar las formas, ha sido sin duda la
que ha empleado la corrupción en una mayor medida: es lo que ocurre, que “el
estreñido suele morir de curso”. Pero, a pesar de todo, el Movimiento Peronista no
tiene nada que temer si se organiza y conduce con acierto: es lo que espero para el
futuro inmediato. En esas condiciones, recién podremos aspirar a que todos los
argentinos se unan, organicen y sean conducidos acertadamente, sin banderías ni
divisionismos negativos, como la única manera posible de salvar a la Patria.
Le ruego que salude a los amigos. Un gran abrazo.
Juan Perón