Agradezco, conmovido, esta amabilidad que, por venir del Brasil, es para mí,
doblemente grata.
Pertenecemos a una generación de hombres jóvenes que valora los sentimientos
y los factores espirituales por sobre todo. En ese concepto, hemos establecido ya
que en esta parte de la América occidental no existe ni existirá problema alguno
mientras el Brasil y la Argentina se encuentren unidos como en el presente, y
sus hombres se amen como se aman actualmente.
Esta generación ha buscado en nuestro país, puede decirse, la inspiración de
vuestro ¡lustre presidente, que en esta parte de América, es el predecesor de
todas nuestras inspiraciones de grandeza, libertad y gloria para nuestro país.
He tenido ya oportunidad de repetir las mismas palabras hace ocho meses al
director del Trabajo del Brasil, doctor Do Rego Monteiro, quien nos hizo el
honor de visitarnos y justipreciar con nosotros todo el exponente de nuestra
moderna industria. Al regresar a su patria, le entregué un disco para que él
tuviese la amabilidad de hacerlo escuchar al doctor Vargas, y he recibido
después de un tiempo una contestación que me halaga y me halagará por toda la
vida.
Brasil es, para nosotros, una prolongación de nuestra propia patria, y la amistad
brasileño-argentina no es para nosotros una aspiración, sino que es una
realidad, como el día y la noche. Todo cuanto hacemos, todo cuanto trabajamos
y todo cuanto aspiramos para nuestro porvenir, será un complemento de esa
amistad.
Nuestros países pueden, en el futuro, ser felices si aprenden a complementarse
el uno con el otro. Si la naturaleza, sabiamente, ha dado al Brasil lo que la
Argentina no tiene, y a la Argentina aquello de lo que el Brasil carece, sería una
lecci6n muy bien aprovechada por los brasileños y por los argentinos, ésta que
la naturaleza les ofrece, asegurando un porvenir de paz, de amor y de trabajo,
únicos factores que hacen la grandeza de las naciones.
Reitero mi agradecimiento por el obsequio de que me habéis hecho objeto y que
guardaré como un hermoso recuerdo. Y os ruego quieran dar un estrecho abrazo
al presidente de la Cámara de Comercio de San Pablo, a quien hace poco tiempo
tuve ocasión de saludar.