“El Gobierno argentino, el gobierno que yo presido, que es vuestro gobierno, el
gobierno que vosotros quisisteis, ha ahorrado en un año y pocos meses mucho más
de los que habían dilapidado los poderosos financistas del pasado.
Pero ha hecho mucho más: ha obturado, ha taponado los agujeros y las grietas por
donde se escurrían los dineros de los argentinos y con un poco de lo ahorrado y un
poquito más de los que no hemos dejado que nos llevaran hemos podido hacerle
este hermoso regalo a nuestra querida madre: La Argentina
(…) Los transportes ferroviarios fueron usados como instrumento de dominación
económica. Los fletes ferroviarios han sido la llave de esta dominación. Mediante
un simple juego se subvencionaba la carne que iba al extranjero o más claramente
dicho: pagábamos los argentinos por el honor que nos hacían de comerse nuestra
carne. El juego era muy sencillo. Para transportar una hacienda, en un vagón
standardt de 25000 kilos, con 100 kilometros de recorrido, el flete costaba 365
pesos; para transportar tejidos, 4304, y nosotros vivíamos contentos”.