Al Dr. Luis Oscar Ratti Madrid, 29 de abril de 1971
LOBOS
Mi querido amigo y paisano:
Acabo de recibir su carta del 9 de abril y, con el pie en el estribo, la contesto. Luego
de las reuniones que hemos tenido aquí con los dirigentes, he decidido hacer un
corto viaje por el interior de España porque, los visitantes y los periodistas, me
tienen a los saltos. Lo ocurrido en el país y la agitación que se ha hecho por ambos
bandos, ha creado una expectativa que va mucho más allá de lo prudente en estos
casos, por eso hay que hacer un paréntesis para desintoxicarse y poder pensar.
Entre tanto las cosas volverán a su cauce y podremos contemplar la situación sin la
actual incertidumbre y falta de noticias.
Muchas gracias por las informaciones que me hace llegar en su carta. Quedo en
claro de todo porque me confirman con buena fuente, lo que yo antes ya había
recibido e intuido. En cargos como el mío y en circunstancias como las que vivimos,
es preciso intuir y a veces adivinar, lo que no es difícil si, como yo hago, se vive
intensamente la situación en todo momento.
Espero que Paladino les haya informado la resolución que le entregué escrita para
el Consejo Superior. Ello es parte de la re-solución de conjunto, pero a Usted le
debo agregar algunos detalles. Actualmente, tenemos tres grandes acciones
empeñadas: la guerra revolucionaria como empresa a largo plazo y “por si las
moscas” la conspiración militar-popular que se desarrolla actualmente en el
Ejército, como empresa a medio plazo y, finalmente, la lucha política de superficie
que librarán Ustedes allí con el Ministro Mor Roig, personero actual de la dictadura
militar.
Por principio las dos primeras acciones mencionadas, continuarán la lucha en la
forma empeñada, en tanto comprobamos lo de “elecciones libres” y “juego limpio”
que nos prometen. Si lo que la dictadura busca es engañarnos como lo han venido
haciendo desde hace ya dieciseis años, nos quedará la posibilidad de seguir la
guerra con las fuerzas actualmente empeñadas en otros sectores. Por eso “res non
verba”: nada depende de nosotros todavía en este sentido. Será la dictadura la que
dicte su propio destino con sus procedimientos. Hasta entonces la única manera de
no seguir siendo yunque y pasar a ser martillo, será la de conservar las fuerzas
capaces de golpear cuando sea necesario o propicio.
Con los cambios producidos, no creo que haya cambiado nada y, en consecuencia,
tampoco nosotros debemos cambiar nada de lo que tenemos empeñado. El tiempo,
con sus mudanzas, será el que determine en último análisis, lo que deberemos
hacer. Hasta entonces, será conveniente “desensillar hasta que aclare”. La
dictadura tiene la palabra por decirle así, aunque no será a la palabra a lo que
nosotros contestaremos, sino a los hechos.
El Consejo Superior tendrá sin duda una gran tarea en el futuro inmediato que será
él quien deberá resolver lo que la lucha táctico-política vaya imponiendo. Por eso
creo que será prudente mantener muy a punto el organismo y “aceitar” mucho el
mecanismo.
Le ruego que salude a los suyos. A mi regreso le escribiré más largo.
Un gran abrazo.
Juan Perón