Señor Doctor D. César Albistur Villegas 15 de octubre de 1969
Morón – Pcia. Buenos Aires
Mi querido amigo:
Por mano y amabilidad del amigo Ponce he recibido su carta del 4 de octubre, y con
ella sus buenos deseos para mi cumpleaños. Deseo agradecerle tanto el recuerdo,
como el saludo que retribuyo con mi mayor afecto.
He conversado largamente con el compañero Ponce y él le podrá informar de viva
voz. Pienso como Usted que la dictadura militar esta sola, y por lo que leo de lo que
dice Onganía, creo también como Usted, que esta en la luna de Valencia. Es que eso
de improvisar una revolución entre gallos y medianoche, sin la preparación
humana y táctica que toda revolución trascendente presupone, es algo muy
comprometido y fuera del alcance de un General de caballería, al que le podríamos
referir las opiniones que Agustín Álvarez expresaba de Lavalle: “Quien lo metió a
reformador institucional, asunto que no era del arma de caballería…”
He leído los ejemplares de “La Tribuna” que me ha traído Ponce y los encuentro
magníficos: lo felicito. Pienso como Usted en la necesidad de ir llegando, en lo
posible imperceptiblemente, con nuestras cosas porque el Peronismo esta latente
en la masa y el valor cívico de nuestras bases es un fenómeno que, hasta nosotros,
no se había dado en el país. Es preciso confesar que, aunque nosotros no hayamos
sido demasiado buenos, los que nos sucedieron han sido tan malos que, al final,
venimos nosotros resultando óptimos.
Sobre los comunistas, en particular los “codovilistas” mejor es no hablar, ¿qué
pueden ellos y los “liberales” de Rojas ofrecer que no sea fracaso y vergüenza? Un
día, tendremos que levantar un monumento a todos esos, que tanto han ayudado al
Peronismo.
Pienso que el mundo esta en una transformación de insospechables proyecciones. Y
como siempre ha sido regla en los siglos pasados, Europa llevara la voz cantante:
vea lo que ocurre en Francia, Italia, Inglaterra, Alemania, etc. Sin embargo, no es
menos trascendente lo que sucede en la U.R.S.S. en sentido contrario y lo que se
mantiene latente en China, que ha comenzado a terciar en forma decisiva en el
mundo moderno. Lo nuestro es un juego de niños al lado de lo que pasa por aquí,
con la diferencia que nosotros metemos mucho ruido y estos lo hacen casi
silenciosamente. Le adjunto un pequeño Apunte sobre mi concepto al respecto.
Sobre nuestras cosas políticas y sindicales estoy muy claro: ello me persuade cada
día más que en la política, es preciso saber manejar el desorden, porque
difícilmente puede existir el orden como lo desearíamos.
Empero y a pesar de todo, creo que los aconteceres van bien, pese a las defecciones
y errores que es fatal que se produzcan en estos asuntos. Me alegra saber que en
Morón nuestro Movimiento marcha bien y que tanto la Rama Masculina como la
Rama Femenina se encuentran en pie de acción. Lo importante en esta clave, es
saber y poder contar con la base, donde reside el verdadero poder partidario. Los
dirigentes de encuadramiento bien vigilados, si la masa responde, no constituyen
problema. La existencia de sectores no puede ofrecer dificultades porque, a veces,
hasta son convenientes, si se puede jugar entre ellos. El que conduce el conjunto,
tiene que tener la sabiduría de no embanderarse en ninguna tendencia, para ser
una suerte de Padre Eterno que bendice “orbi et urbi”, así también puede
manejarlos a todos. Eso observo que es lo que Usted hace. Por algo Morón no ha
dado nunca trabajo.
Dentro de la situación que vive el país y, de acuerdo con lo que piensa la dictadura
militar, si es que piensa algo, todo nuestro quehacer debe reducirse a una guerra
sorda pero efectiva por el accionar de nuestras organizaciones y por la que cada
peronista debe desarrollar todos los días en todos los lugares. Cuando ello se
consigue y la acción organice como la individual que cada uno realiza por libre
iniciativa dentro de la misión de todos, se suman, se llega imperceptiblemente a la
guerra integral, cuyos efectos son muy difíciles de neutralizar desde el Gobierno,
por más que se crea en la utilidad de las amenazas y aún de la represión violenta
¡Nadie ha conseguido hacer callar un chancho a palos!
He recibido el saludo de sus cuatro “cachorros” y por separado los contesto. Lo
felicito por la fortuna que en ellos tiene: son maravillosos. Le adjunto la fotografía
que me encarga para mi ahijado Cesar Mariano con algunos pequeños recuerdos en
reciprocidad de la atención que ellos han tenido en saludarme en mi día.
Le ruego haga llegar a los suyos el saludo más afectuoso de mi Señora y mío con
nuestros mejores deseos de felicidad. Le encargo igual salutación a todos los
compañeros con la exhortación para que se empeñe en la lucha y hagan todos los
días algo por el Peronismo.
Un gran abrazo
Juan Perón