Mi querido amigo: 20 de julio de 1969
He recibido, por mano y amabilidad de […] su carta del 16 de julio próximo pasado
y le agradezco el envío de las revistas Cristianismo y Revolución que me hace llegar
por su intermedio.
Con referencia a su pedido de mi opinión sobre la situación actual y posición con
referencia a la línea revolucionaria del Pueblo Argentino, tengo el placer de enviarle
un pequeño y sintético mensaje a la Juventud, en el que creo poner en claro ambas
cosas.
Yo creo, amigo García Elorrio, que no sólo allí sino también en el mundo, se inicia
la Primera Revolución mundial que, después de la Revolución Francesa de 1789, no
se había producido. La Revolución Comunista fue una “Revolución Rusa” que, por
numerosas razones, se ha frustrado como revolución mundial. Lo ocurrido en mayo
de 1968 en Francia tiene un significado mucho mayor que el que se ha tratado de
hacer aparecer. Lo ocurrido en la Argentina un año después (mayo de 1969) con sus
mismas características, objetivos y formas de ejecución, demuestran claramente la
influencia que el Justicialismo ha tenido en las masas argentinas que, desde hace
ya veinticinco años, tienen ideas claras sobre el contenido revolucionario. Piense
que, después de Francia, ha sido el primer país que ha reproducido el fenómeno.
“Ustedes son las guerrillas contra la muerte climatizada que ellos quieren
vendernos con el nombre de porvenir”, decía un famoso cartel levantado en el
Barrio Latino y otro, no menos expresivo, levantado en La Sorbona, decía: “La
Revolución que se inicia pondrá en duda no sólo la sociedad capitalista sino la
sociedad industrial. La sociedad de consumo debe morir de muerte violenta. La
sociedad enajenada debe desaparecer de la historia. Estamos intentando un mundo
nuevo y original. La imaginación ha tomado el poder”. Ambas cosas las hemos visto
reproducirse en la Argentina y, nosotros, los peronistas, las hemos venido
realizando desde 1945 en la medida que nos ha sido posible en un medio no
preparado ni esclarecido. No es poco, sin duda, lo que hemos hecho hasta ahora:
les queda a Ustedes “el rabo por desollar”.
Hemos conversado largamente con […] y él le podrá informar de viva voz sobre
cuanto tratamos porque, por razones de tiempo no puedo ser más extenso. Sin
embargo he de hacerle llegar, tal como me lo pide, en sucesivos envíos, otros
puntos de vista. ¡Cómo puedo yo estar en desacuerdo con la actual revolución, si es
lo que vengo pensando y tratando de hacer desde hace más de veinticinco años de
lucha ante la incomprensión! Saludos a los compañeros.
Un gran abrazo.
Juan Domingo Perón