A la Señorita Susana Valle Madrid, 29 de junio de 1967
Buenos Aires
Querida Susanita:
por mano y amabilidad del Dr. Antún he recibido tu carta del 15 de junio pasado y
tengo el placer de enviarte la autorización para el bautismo de la niña Eva Anahí
Fandi y la fotografía para el Coronel Luis María Moreno.
Veo por tu carta que se interesan allí también por el asunto de Medio Oriente. Creo
que se trata más que nada de una lucha entre los imperialismos por copar sectores
del Tercer Mundo y que ha utilizado, como “cabeza de turco”, a los árabes por parte
de Rusia y a los judíos por el Imperialismo yanqui. Como habrás podido observar
por lo que ha ocurrido en estos últimos días, tanto Rusia como U.S.A. tienen miedo
de provocar la guerra y ambos “se han ido a barajas” sin que eso sea obstáculo para
seguir peleando, pero en la U.N. Al final esta guerra provocada por ambos y que
podría ser un segundo Vietnam quedará reducida a una lucha diplomática y, los
perdedores, serán nomas árabes y judíos.
Hago llegar al Mayor Alberte mi opinión sobre la marcha del Movimiento, que creo
que la está dirigiendo muy bien y también una nueva cinta magnetofónica sobre la
cuestión. Creo que en este momento es preciso ajustarse a una conducción táctica:
unida la rama sindical y organizado clandestinamente el Movimiento, será preciso
volver a desarrollar la solidaridad gremial perdida y trazar ya los planes de lucha de
conjunto, mediante una organización, preparación y conducción táctica
apropiadas, lo que sé que ha de realizar bien Alberte. Por eso desde ahora es
preciso que los peronistas se subordinen al Comando Táctico con la mayor
obediencia y disciplina porque nada se podrá lograr ni en la inorganicidad ni en el
desorden.
Por eso hay que ponerle el hombro a Alberte, suspender todo lo que origine
fricciones dentro del Movimiento, proceder solidariamente neutralizando la acción
de los infiltra y provocadores, y cooperando sinceramente en la conducción. Yo sé
que hay muchas pequeñas cuestiones internas pero la necesidad de enfrentar al
enemigo de afuera impone suspender, por lo menos, todo lo que puede representar
lucha adentro. Hay sí que vigilar a los tránsfugas y traidores de distinto pelaje, que
sabemos que existen, para aplastarlos como a las alimañas, de cualquier modo y en
lo posible sin llamar la atención ni dar pasto a los escribas al servicio de la
dictadura.
En este momento todo ha de ser unión y solidaridad peronista porque la
conducción táctica necesita, para organizar, antes que nada la buena voluntad de
todos para alcanzarla dentro de los organismos que forman el Movimiento. La larga
lucha ha hecho que nuestra gente se enfrentara en fracciones animadas por
dirigentes sin prestigio y sin honestidad; pero ese momento ha pasado y seguirá
pasando más a medida que dirigentes jóvenes y sin intereses personales ni de
círculo se vayan haciendo cargo de la dirección.
No dejes de saludar a las compañeras que trabajan contigo.
Un gran abrazo.
Juan Perón