Al General Arnaldo Sosa Molina Madrid, 2 de diciembre de 1965
Mi querido amigo:
Con respecto al asunto de la crisis interna del Movimiento, el problema es simple:
son las eternas trenzas y las comunes ambiciones injustificadas que deben servir.
Muchos se están ya probando mi ropa, pero creo que a los candidatos de marras les
queda grande ahora. Nada querría yo más que apareciera un hombre que me
reemplazara; pero, para que ello fuera posible, se necesitaría alguien a quien los
peronistas le obedecieran porque si no lo que va a hacer es destruir al Peronismo.
Los candidatos que se han puesto en evidencia en la reunión de Avellaneda (que
ahora resulta, según ellos, que son todas calumnias de los órganos publicitarios del
gobierno) vuelan muy bajo para tener las pretensiones que tienen.
De cualquier manera, por las informaciones que me llegan, las bases están
levantadas contra ellos y es muy posible que se sigan agitando hasta terminar con
los “levantados”. Son las naturales autodefensas del Movimiento que comienzan a
actuar y que terminarán con la infección en poco tiempo. Yo prefiero no intervenir
por ahora. Como dicen los médicos, el proceso está irritado e inflamado, hay que
poner hielo y esperar a que la inflamación desaparezca, para operar. En estas
cuestiones yo siempre he seguido el mismo procedimiento: “hacer un poco de
Padre Eterno” bendiciendo “orbi et urbis”, pero dejando obrar a la Providencia sin
aparecer. Creo que la fuerza del Padre Eterno está mucho en que nunca aparece. Si
viéramos todos los días a Dios, terminaríamos por perderle el respeto y no faltaría
un tonto que querría incluso reemplazarlo. Es que el poder es como la riqueza, que
si se la derrocha se tarda poco en perderla.
Ustedes y las bases deben seguir trabajando en la forma que me dice en su carta:
actuando como autodefensas, en las que yo, como médico, confío. La penicilina es
para casos más graves y, si es preciso operar, siempre estaremos a tiempo, pero yo
quiero en este caso no producir un trauma operatorio. Ya llegará el momento
oportuno, previa una preparación del enfermo en el que las autodefensas deben
actuar beneficiosamente. Usted me entiende. Los organismos institucionales están
sometidos a las mismas reglas de los fisiológicos. Si el hombre no tuviera sus
autodefensas orgánicas, hace muchos millones de siglos que habría desaparecido
de la Tierra. Esas autodefensas son provocadas por los mismos microbios que
elaboran los anticuerpos que la producen. Por eso, los tránsfugas y los traidores,
son también útiles en la vida institucional como lo son en la vida fisiológica.
El viaje de Isabelita, tenía entre otras cosas el objeto de evitar estas cosas, que ya
las preveía como inevitables. Si bien no las evitamos, por lo menos su presencia allí
sirvió para anularlas o neutralizarlas. Ella tiene el tino necesario para obrar bien y
está preparada convenientemente para enfrentar estas situaciones con la paciencia
y el acierto que se necesita, de manera que hay que dejarla accionar y darle todo el
apoyo posible desde las bases. Ustedes se encargarán de las tareas que me dice en
su carta y que considero fundamentales en este momento. Creo que después de este
entredicho que será funesto para sus autores, se podrá compaginar algo mucho
mejor para la conducción del Peronismo. Si el reconocimiento del Partido
Justicialista se hace efectivo, como parece, Ustedes deben tomar en sus manos todo
el asunto y llevarlo a feliz término obrando con las bases en el sentido que se indica.
Si no se hiciera efectiva la personería como esperamos, no tendremos más remedio
que operar nosotros como mejor convenga a la situación que se plantee. No dejen
de tomar contacto con Isabelita, especialmente para los asuntos del Partido
Justicialista Femenino en lo que Elvira puede ser tan útil.
De la misma manera, hay que forzar a la Junta Coordinadora a que cumpla con las
directivas e incorpore cuanto antes a los representantes de la juventud. Si están
divididos deben incorporar a cada fracción con un representante, si es preciso. Ya
le he encargado a Isabelita que viera este asunto. Es imprescindible que la
Juventud peronista integre la Junta porque tendremos allí un control efectivo e
incorruptible. Como los dirigentes que actualmente componen la Junta
Coordinadora andan en acomodos de todo tipo, han hecho oído sordos a la
incorporación de la juventud, pero si las bases los apuran no van a tener más
remedio que cumplir. Yo por mi parte les comunicaré lo mismo a los miembros de
la Junta.
Creo que Ustedes, los que actúan en el Gran Buenos Aires, están en mejores
condiciones de presionar a la Junta porque los que están en las provincias están
demasiado lejos. No la deben dejar un minuto tranquila y como un tábano deben
estar todo el día sobre ella. Sólo así podremos estar tranquilos por el tiempo en que
todavía deban durar en sus actuales puestos. Ya he visto la reacción de las bases y
espero aún mucho más de esa reacción. Hay que romper las trenzas por todos los
medios y desarticular los acomodos, marcando a fuego a los autores para que en el
futuro no se vuelva a repetir el milagro. Yo apoyaré incondicionalmente a las bases.
Dejo en sus manos y en las de los compañeros que lo acompañan en el F.A.J. la
importante tarea de mantener firme la posición en las bases, especialmente en el
Gran Buenos Aires, donde por la proximidad pueden ser más efectivas en la lucha
contra las malas intenciones de la Junta Coordinadora, en el caso que insistan en
sus andanzas. Creo asimismo que deben Ustedes tomar contacto con todas las
fuerzas que en la actualidad están en defensa de las prerrogativas del Comando
Superior. Estas fuerzas son todas las que escapan a las trenzas que pueden ser
fatales para el orden y la unidad del Peronismo.
La conducción actual ha cometido ya grandes errores que han puesto en peligro la
conducción del Peronismo en el aspecto táctico:
1) Fracasaron en la Operación Retorno.
2) No cumplieron las directivas de los Memorándums Nros. 1 y 2, provocando una
inercia suicida en la conducción táctica.
3) Se equivocaron en la elección de los legisladores que no han respondido de lo
que ellos se esperaba.
4) Hemos perdido varias elecciones porque no se ha realizado una buena dirección.
5) Han fracasado en la tarea de realizar la unidad y solidaridad del Peronismo
siendo elementos de disociación en lugar de unión.
6) Ahora lo de la reunión de Avellaneda pone en evidencia su pequeñez y su falta de
lealtad y de grandeza.
7) El sabotaje al viaje de Isabelita, cuya misión era de colaboración para la
conducción táctica que, si no hubiera andado en malos pasos podrían haberlo
utilizado en realizar la unidad que ellos mismos habían prohijado teóricamente en
tanto desunían a los peronistas en la práctica.
En fin cincuenta más desaciertos de todo orden que evidencia que los hombres que
están en esta misión no se encuentran a la altura de las necesidades del
Movimiento en horas tan decisivas como las que estamos viviendo.
Bueno, querido amigo, creo que he abusado de su tiempo pero me justifica la
necesidad de seguir adelante con nuestras cosas, porque se acercan días de decisión
en los que debemos estar bien en claro sobre lo que tenemos que hacer y yo estoy
demasiado lejos.
No deje de transmitirle mis saludos más afectuosos a su Señora con el pedido de
que no aflojen. Hay que dar al Partido Justicialista Femenino el empuje de que ha
carecido hasta ahora por falta de una dirección capacitada. Isabelita va a movilizar
lo necesario y en eso les pido a todas que ayuden. Saludos a todos los muchachos
del F.A.J.
Un gran abrazo.
Juan Perón