Nuevamente se ha puesto al país al borde del caos. Se intentó imponer una
dictadura.
Las ambiciones de poder provocaron a la Nación pérdida de prestigio
internacional, acentuación de la crisis interna y sacrificio de vidas inocentes. La
Nación no merece este luto. Nuevamente el Ejército, hermanado con la
Aeronáutica, ha combatido con firmeza y valor en defensa de la libertad. Se ha
luchado por una Argentina grande y poderosa donde se viva, trabaje y progrese en
paz y en concordia, con verdadera unión nacional y con fe en el futuro.
Ambicionamos un país digno y feliz para nosotros y nuestros hijos. Sostenemos que
este objetivo sólo puede alcanzarse mediante la plena vigencia de la Constitución.
Esto hará posible a las Fuerzas Armadas volcarse íntegramente a su misión
específica.
Afirmamos que en un país libre no se debe negar la vía política a los que
sinceramente desean convivir en democracia. No olvidamos que la Constitución
nos brinda múltiples derechos y también impone el deber de defenderla. Ello
señala la obligación de prevenir y anular todo acto que pretenda vulnerarla.
Estamos convencidos de la absoluta necesidad de superar la intolerancia e iniciar el
diálogo fraterno que nos conducirá al amplio entendimiento nacional. Lo contrario
significaría no alcanzar jamás un gobierno sólidamente sustentado ni devolver a la
ciudadanía la fe y la confianza en el valor de las instituciones.
Exhortamos a todos los dirigentes a colaborar en la reconstrucción nacional. Desoir
este llamado puede llevar al caos. Señalamos, en consecuencia, su responsabilidad
en el proceso en desarrollo.
En cuanto al Ejército, las ideas que lo guían son las siguientes:
1º. Ratificación total del Comunicado Nº 150.
2º. Oposición terminante al retorno del régimen peronista y a la implantación de
todo otro totalitarismo o extremismo. Se considera régimen peronista la estructura
establecida y al plan sistemático ejecutado por el dictador depuesto y sus
personeros para provocar la deformación del estilo de vida tradicional de nuestro
pueblo, manifestada por: la corrupción moral e intelectual; el desprestigio y la
disolución de las instituciones básicas del país; la eliminación de los adversarios
mediante la extorsión y la violencia física; el cercenamiento de las libertades
fundamentales, acordadas por la Constitución Argentina.
3º. Firme apoyo a la salida constitucional prometida, lo que implica, entre otras
cosas, garantizar que habrá elecciones, respetar el libre juego de las agrupaciones
políticas mientras se encuadren en las normas legales, acatar y hacer respetar el
pronunciamiento del pueblo en las elecciones, contribuir con todos los medios a su
alcance a la normalización del país.
4º. Se mantendrá la equidistancia política.
5º. Se velará por la aplicación efectiva de los instrumentos legales que aseguren la
plena vigencia de los derechos y garantías constitucionales.
6º. Las autoridades electas y en funciones de gobierno tendrán el deber ineludible
de consolidar y mantener el proceso de recuperación democrática.
7º. El Ejército está y estará siempre alistado, con todos los medios disponibles para
unirse a las otras fuerzas armadas hermanas, a fin de luchar para restituir o
asegurar al país el imperio de la Constitución y las leyes. Éste es el espíritu que lo
animó en la firmeza y decisión de las horas pasadas.
Partidos políticos, dirigentes de todos los sectores, instituciones, el pueblo todo,
deben asumir sus responsabilidades a fin de alcanzar la recuperación definitiva de
la República. Invocamos la protección de Dios para alcanzarla