Al Dr. Teodoro Funes Madrid, 30 de septiembre de 1961
Córdoba
Mi querido amigo:
Por mano y amabilidad del compañero ingeniero Asis he recibido su carta del 18
pasado y le agradezco su recuerdo y su saludo que retribuyo con mi mayor afecto,
rogándole quiera hacerlo extensivo a su Señora, tanto de mi parte como de
Isabelita, quien le escribirá a su vez en respuesta a su amable carta.
He recibido la anterior información del mes de julio que le agradezco y me
complace que haya llegado a ésa el Delegado del Consejo y que haya causado buena
impresión. Creo que lo más importante en estos momentos es precisamente el
perfecto entendimiento de todos los dirigentes, tarea en la que debe empeñarse el
Consejo como todos los demás dirigentes. La formación del “Frente Justicialista”
que pueda reeditar la organización de 1945 sólo se puede alcanzar con la unión
solidaria de todos los peronistas, lo que permitirá proceder con unidad de acción
que fue y será el único secreto de todo éxito que pueda venir en el futuro. Sin
unidad es inútil que pretendamos seguir luchando con el insidioso enemigo que
persigue precisamente lo contrario.
No es un secreto para nadie que las fuerzas gubernamentales se empeñan en
conseguir la división del Peronismo a fin de restar posibilidades a nuestra acción
táctica política, no sólo para restarnos posibilidades sino también para tratar de
sumar elementos a su acción mediante toda clase de presiones, engaños y
sobornos. Nuestra principal tarea ha de ser la de defendernos contra esa
posibilidad y luego accionar mediante buenas resoluciones tácticas con finalidad
ofensiva hasta inferir al “gobierno” y a sus menguadas fuerzas el mayor daño
político posible. Nuestra batalla será en 1964; lo que ahora se debe buscar es
preparar las mejores condiciones para entonces, mediante el debilitamiento del
principal enemigo que es el “gobierno” y los gorilas que actúan de consumo. En
estos combates aislados que se librarán a fines de 1961 y principios de 1962 en cada
provincia nosotros no tenemos “chance” alguna pero el “gobierno” se juega toda su
“chance”, luego hay que asestarle los mayores golpes posibles votando por los que
mayor daño puedan representar.
Si el Peronismo se mantiene unido en todo el país y se forma realmente el “frente
justicialista” no habrá dificultades para una conducción táctica apropiada por el
Consejo Coordinador que asegurará así la unidad de acción necesaria para golpear
cuando duela y donde duela. Yo sé que habrá dificultades por la natural lucha entre
nuestros propios dirigentes y por la acción de provocación del enemigo, pero
también sé que si los peronistas se proponen cumplir, las órdenes todo se podrá
superar con un poco de comprensión y buena voluntad.
A esos fines he preparado un mensaje para todos los peronistas que se ha de
difundir en estos días y que el compañero Asís lleva una copia al efecto, de la cual
podrán Ustedes sacar la mejor conducta que, en mi concepto, debe seguirse en esta
emergencia. Superar las pequeñas cosas es ya cuestión de todos Ustedes allí,
persuadidos de que, sin alcanzar los objetivos internos de nuestra organización y de
nuestra conducción, difícilmente podríamos alcanzar los objetivos externos y
generales de nuestro Movimiento. Primero tenemos que arreglarnos nosotros antes
de pretender arreglar lo demás.
El Consejo ha estado un poco carente de medios económicos, lo que ha hecho que
se quedara un poco en retardo pero ahora solucionado ese problema espero que las
cosas se puedan acelerar en la medida conveniente a nuestra mejor acción. No
interesa mucho la organización que utilicemos sino la eficacia de la conducción
mediante una acción mancomunada en todas partes que no sólo sea eficaz sino que
también demuestre a nuestros enemigos la esterilidad de su insidiosa acción
captativa sobre las masas populares peronistas. El empeño de los dirigentes
políticos y la acción de los dirigentes de la línea sindical pueden asegurar la eficacia
en nuestra maniobra actual y preparar la mejor manera de enfrentar la batalla que
hemos de librar en 1964.
El compañero Asis ha conversado largamente conmigo sobre todas estas cosas y
creo que él podrá ampliarle cuanto Usted desee al respecto, lo que me evita darle
una extensa lata al respecto. Si todos Ustedes allí se empeñan en unirse y superar
todo pequeño asunto, no habrá problema. No es ésta hora de hacer acepción de
personas sino de sumar esfuerzos paralelos evitando toda dispersión de intenciones
y esfuerzos que sólo pueden favorecer a nuestros enemigos. Yo sé que Usted es por
sobre todo un hombre dúctil y de buena voluntad y por eso le pido que imponga su
influencia a los fines de lograr hacer cesar toda beligerancia entre peronistas para
poner esa beligerancia contra el enemigo y a favor de nuestro Movimiento. En el
mensaje que antes le mencioné he tratado de llevar a la masa peronista mi
apreciación de la situación, una resolución y unas directivas que, si se cumplen,
serán muy provechosas para nuestra acción táctica de conjunto. No desciendo allí a
consideraciones pequeñas porque considero que debemos empezar a pensar y
actuar con grandeza, sin la cual no llegaremos lejos; no creo que las soluciones a
que aspiramos puedan llegar para nosotros por las urnas ponzoñosas que nos
puedan ofrecer nuestros enemigos, pero sí creo que mediante una conveniente
acción táctica podremos ir preparando las mejores condiciones para tentar
oportunamente las soluciones definitivas que han de llegar.
Le ruego que salude a todos los compañeros cordobeses.
Un gran abrazo.
Juan Perón