1.-Cada argentino debe saber que los pueblos de Chile y de Argentina, conservando
la plenitud de sus soberanías nacionales, son real y efectivamente pueblos
hermanos y, en consecuencia, debemos trabajar por la grandeza de Chile y por la
felicidad de su pueblo con la misma fe y con el mismo amor con que trabajamos por
nuestra propia felicidad.
2.-Desde hoy los chilenos serán considerados compatriotas por todos los
argentinos, y ésta debe ser una consigna de honor nacional.
3.-Cada argentino debe comprometerse a trabajar en su puesto por el acercamiento
material y espiritual de los pueblos de Argentina y Chile.
4.-El Gobierno, el Estado y el Pueblo argentinos arbitrarán todos los recursos y
medios que contribuyan a consolidar en Chile la Justicia Social, la Independencia
Económica y la Soberanía Política, del mismo modo que luchamos por las nuestras,
porque ellas son las únicas bases de la unión comprometida.
5.-La unión argentino-chilena no ha excluido ni excluye la futura adhesión de los
pueblos hermanos de América sobre las mismas bases de Justicia Social,
Independencia Económica y de Soberanía Política.
6.-Las organizaciones sociales, económicas y políticas del pueblo argentino habrán
de promover la máxima vinculación posible con sus similares chilenas, a fin de
realizar una acción armónica y solidaria en defensa de los intereses comunes. El
gobierno prestará su más amplio apoyo a estas vinculaciones entre los pueblos
hermanos.
7.-La legislación general argentina deberá corresponder en el futuro a la unión de
los pueblos de Chile y de Argentina.
8.-Los organismos del Gobierno y del Estado, en la Nación y en las provincias,
particularmente en las provincias y territorios limítrofes con la hermana República
de Chile, coordinarán su acción con sus similares chilenas sobre bases de real y leal
sinceridad.
9.-Todo acto contrario a los intereses comunes de la unión de los pueblos argentino
y chileno será considerado por los argentinos como una falta de honor en relación
con el compromiso contraído.
10.-Los pueblos de Argentina y Chile son depositarios absolutos de esta alianza
puesta bajo la protección de Dios, fuente de todo amor, de toda justicia y de toda
libertad”.