La discusión en cuanto a la naturaleza jurídica de los convenios y al alcance de los
mismos no hacen al fondo de mi razonamiento, por lo cual no he de detenerme en
ella. […] Entonces para mí solo cumplen una misión fútil estas actas: o reafirman lo
que ya es un hecho, y entonces no son tan importantes, o tienden a crear un
“sistema” que reposa en un sofisma y, lo que es peor, en un sofisma peligroso: el de
la igualdad de los Estados. Es sofisma porque la igualdad jurídica tiene su
contrafigura en la desigualdad material que suele pesar más que aquella. […] Yo
creo que las Actas de Chapultepec son un peligro y no una esperanza para los
pueblos de América.