Para conmemorar el Día del Trabajo, considero nada mejor que daros cuenta del
“año de trabajo” cumplido para mayor bienestar de los trabajadores.
Por intermedio de la Dirección General de Acción Directa y con la sanción de 29
decretos y la realización de 319 convenios y 174 gestiones conciliatorias, se ha
beneficiado a 2.582.400 personas.
Los trabajadores marítimos han conseguido el convenio colectivo que regula toda la
actividad marítima y sienta las bases para la futura reglamentación del trabajo del
mar. Se llegó a la uniformación en todo el país de los salarios de la navegación
fluvial. Dentro de un régimen orgánico, se elaboró un sistema de vacaciones de 15
días hábiles perfectamente adaptables a la naturaleza del trabajo. Se incluyeron
enfermedades profesionales que anteriormente no consideraba la legislación
vigente. Asimismo, se incorporó al subsidio al conscripto y las condiciones en que
éste se otorga. La comisión paritaria creada por el mismo convenio, ha ido
elaborando toda una jurisprudencia del trabajo fluvial que ha sentado nuevas
normas en la interpretación de las relaciones entre tripulantes y empleadores. Este
convenio, fue integrado por una serie de convenios parciales que resolvían
situaciones particulares de acuerdo a la naturaleza del trabajo.
Los trabajadores gráficos de editoriales, diarios y revistas, han logrado el convenio
colectivo correspondiente, que puede llamarse un verdadero “derecho de los
oficios”, pues regula la actividad de todos sus matices. En los salarios se produce
una mejora considerable que lleva a esta rama de trabajadores, a una condición
superior a todos los otros gráficos. Ahí también se crea perfectamente definido el
comité arbitral que, a través de un buen tiempo de práctica, ha mostrado las
ventajas de su labor. En el fotograbado también se realizó un convenio colectivo
dentro de los lineamientos del anterior, que luego fue hecho obligatorio por medio
de un decreto del Poder Ejecutivo.
Por primera vez en el país, la industria sombrerera fue motivo de un convenio entre
patrones y obreros. En el convenio ha quedado sentado el principio que requiere
igual salario para hombres y mujeres a igualdad de trabajo y producción.
También una resolución-convenio de los astilleros navales “La Central”, otorga
verdaderas mejoras al personal.
El convenio colectivo efectuado en la industria cartonera, es una reglamentación
completa del trabajo. En el mismo se reconoce igualdad de sueldos a hombres y
mujeres. Se obliga a los patrones a comunicar los nuevos sueldos a los obreros y a
la Secretaría, por ser ésta la mejor forma del control.
Para toda la industria metalúrgica se decretó un laudo arbitral de la Dirección
General de Trabajo y Acción Social, fijando un justo porcentaje de salarios para
todos los trabajadores.
Por primera vez se fijó una ordenación equitativa en el sector de turf.
Los vareadores fueron beneficiados con aumentos de sueldos y otras ventajas.
Por otra parte, entre los convenios realizados que benefician al gremio automotor
merecen ser citados con preferencia dos. El primero, que logró aumento de
salarios, prorrateo riguroso del trabajo y otras ventajas, favorece a 38.000 obreros
del transporte camionero de carga. El segundo, beneficia a 8.000 lavadores, peones
y suplentes, con el sueldo mínimo y otras medidas.
En las peluquerías fue abolida la propina, por un régimen de sueldo y porcentaje,
que significa una remuneración más decorosa y justa.
En la industria del quebracho, resultaron beneficiados 6.000 trabajadores en
mayores salarios, vacaciones pagas y otras equitativas concesiones.
Los obreros de la industria del vidrio obtuvieron algunas mejores; entre ellas, la de
quedar comprendidos en la ley 11.729, aun en aquellos lugares donde la legislación
provincial así no lo acuerda.
En la industria tintorera se logró, merced a un intenso trabajo, clasificar y calificar
las distintas tareas que se realizan, y a las que hasta ese momento se les negaba
diferencias de categorías. Los beneficios a los obreros, que para algunas
especialidades resultaron de un 60 %, demuestran el estado de abandono en que se
tenía a los problemas relacionados con esa industria.
Los obreros de las fábricas de pintura, por otra parte, obtuvieron jornal mínimo,
vacaciones y cumplimiento de algunas leyes. Con estos convenios y medidas se han
logrado condiciones de trabajo más humanas.
Otras importantes determinaciones, de indudable sentido económico social, son las
siguientes:
Bancarios: Se dictaron los decretos leyes 29.829 y 29.830 de escalafón estabilidad y
salario familiar de empleados de bancos. También se dictó el decreto número
23.407 de horario bancario.
Empleados de Justicia: Fueron reajustados los sueldos para un sector del personal
de Justicia, mediante el decreto número 22.455, de agosto de 1944.
Ciencias económicas: Se dictó el decreto número 5.103, de marzo de 1945, que
reglamenta las profesiones de doctores en ciencias económicas, contadores y
actuarios.
Empleados de seguros: Se establecieron convenios de horarios y estabilidad,
escalafón y salario familiar de los empleados de seguros.
Profesores interinos: Se gestionó su confirmación definitiva, la que fue aprobada en
principio, por el decreto número 25.899 del 22 de septiembre de 1944.
Como complemento de estas tareas realizadas se estudian los estatutos de las
profesiones del arte de curar (médicos, odontólogos y farmacéuticos), escribanos,
idóneos en farmacia, mecánicos dentales, traductores y calígrafos, empleados y
corredores de seguros, rematadores o martilleros y balanceadores públicos,
médicos legistas y kinesiólogos. Al mismo tiempo se arbitran los medios para la
remuneración de los médicos y odontólogos municipales escalafones que no han
sido contemplados en el último presupuesto municipal.
Además, entre la intensa tarea realizada en beneficio de los gremios en general,
cabe señalar las medidas que se consignan a continuación:
Convenio colectivo de la industria peletera, que incluye mejoras de salarios,
determinación de categorías y otras disposiciones accesorias.
Convenio colectivo de trabajadores de ambos sexos de la industria vitivinícola, con
asiento en la Capital Federal -Bodegas y Fraccionadores- con especificación de
sueldos mejorados y determinación de categorías.
Convenio de salarios y condiciones de trabajo en beneficio de los obreros y
empleados en Molinos y Fraccionamiento de especies. Más de 2.000 personas han
resultado beneficiadas con esta disposición, que abarca a hombres, mujeres y
menores que trabajan.
Convenio colectivo con salario mínimo especificado de acuerdo a categorías
determinadas, en beneficio de los trabajadores del “Sindicato Obreros de
Construcción, Conservación Sanitaria y Anexos” y la “Cámara de Empresarios de
Conservación de Obras Sanitarias Domiciliarias.
Convenio colectivo que incluye mejoras en salarios y condiciones de trabajo, para
los obreros agrupados por la “Cámara Industrial Argentina de Confeccionistas”.
Los beneficios alcanzan a 2.000 personas.
Convenio de escalafón, con mejoras de sueldos y condiciones de trabajo de
empleados de la “Compañía Italo Argentina de Electricidad”, que beneficia a más
de 1.000 personas.
Convenio de salarios mínimo y condiciones de trabajo para los obreros en las
fábricas donde se moldea material plástico.
Convenio colectivo de salarios mínimos y mejoras de trabajo para los empleados y
obreros del Sindicato de Biseladores y Anexos.
A esas iniciativas, concretadas ya en positivas realidades, agréganse muchas otras,
cuya enunciación sería extensa.
Realizado por la Dirección General de Previsión, el estudio de los sistemas
jubilatorios y la situación de las Cajas existentes en el país, pudo comprobarse su
desequilibrio económico, poniéndose de relieve la necesidad de modificar el
régimen en vigor. Seguidamente fueron intervenidas las Cajas y creado el Consejo
Nacional de Previsión Social, que estudiará la posibilidad de unificar y actualizar
las normas y procedimientos en uso y, extender los servicios a los distintos grupos
sociales no beneficiados todavía. De ahí nació el Instituto Nacional de Previsión
Social.
Las Cajas de Jubilaciones de Ferroviarios y Empresas Particulares han sido
transformadas, se han extendido los beneficios jubilatorios al personal de
hospitales, sanatorios y clínicas; se ha otorgado la jubilación a empleados de
comercio, industria y actividades civiles; se ha establecido un sistema de medicina
curativa y preventiva que permita prevenir o tratar oportunamente las
enfermedades que amenacen al trabajador; se organiza con sentido social la ExCaja de Periodista; se incorporan al régimen jubilatorio los obreros del Estado que
trabajan a jornal o destajo; se rectifica el otorgamiento del suplemento del subsidio
de la Ley de Maternidad, se establece la computación de los servicios prestados en
el transporte antes de su incorporación al régimen de la ley 11.110, al personal de la
Corporación; se declara acogida a la Provincia de Salta, al régimen de la ley 11.110;
incorporación al sistema de la ley 11.575 al personal de las Compañías de Seguros,
Reaseguros, Capitalización y Ahorro; se modifica al régimen de la ley de Jubilación
de la Marina Mercante Nacional, reglamentándose además, la contribución del
importe sobre los fletes de cargas, a la misma Caja; se implanta un sistema especial
de retiro para el Personal de la Prefectura General Marítima, Cárceles Nacionales y
Policías Aduaneras; se exime de sellado a las peticiones de los trabajadores; se
reglamentan los servicios para recibir en el extranjero; se extienden los beneficios
de la inembargabilidad al personal de la Ley 10.650; se otorga el Subsidio Familiar
al Personal de los Ferrocarriles Nacionales, y se preparan numerosos proyectos
para perfeccionar la legislación en vigor.
La Junta Nacional para Combatir la Desocupación ha continuado su trabajo,
atendiendo a la gente sin trabajo alojándolos en el galpón Nº 5 de la Aduana,
ocupándola en su escuela-taller y en la quinta de Villa Soldati y en la Chacra
experimental anexa y en los paseos públicos de Buenos Aires, extrayendo árboles
secos, cuya madera se utiliza en la carpintería y como leña.
La Comisión Honoraria de Reducciones de Indios ha desarrollado sus actividades
en la forma habitual con resultados no del todo satisfactorios en cuanto a la
producción agrícola, debido a la sequía que asoló los campos. No obstante cabe
destacar como adelantos de dotación al aserradero en Bartolomé de Las Casas, de
maquinarias adecuadas a fin de incrementar el trabajo, el aumento de la
producción de carbón de leña, la inauguración de un internado para niños
indígenas construidos con materiales fabricados en la misma reducción, la
construcción de un local escuela, y de una pista de aterrizaje en Bartolomé de Las
Casas. Se proyectó, además la construcción de un internado en la Reducción
Napalpi y de otros locales para fines diversos y la instalación de hogares escuelas en
las Reducciones. Cumple también a la Comisión, la fiscalización de los ingenios que
utilizan los servicios de los indígenas en sus obrajes y la protección y la defensa de
los indios de los atropellos que pudieran inferir los que pretendieran aprovecharse
de su debilidad e ignorancia. Es indispensable para que esta Comisión pueda seguir
cumpliendo con su humanitaria tarea que se le conceda una partida anual de
2.000.000 de pesos destinada a llenar las necesidades de las Reducciones y cubrir
los déficits que múltiples causas le producen.
Movimiento de expedientes (Año 1944) de la Dirección Nacional de Previsión
Social
Número de expedientes generales
entrados y tramitados………………………….. 8.780
Número de expedientes correspondientes a la ley 4.349, de los cuales resultaron
801 decretos, por los que se acordaron 2.722 jubilaciones, 1.113 pensiones, 585
nuevos haberes y 110 varios……………….. 4.630
TOTAL GENERAL………………………………….. 13.410
Antes de crearse la Dirección General de Asistencia y Previsión Social para
Ferroviarios, la asistencia médica contaba con el aporte voluntario m$n 1.-
mensual, con que contribuían casi 53.000 trabajadores, alcanzando estos
beneficios únicamente a los asociados de los empleados y obreros de ese gremio,
contando desde entonces con derechos de asistencia integral los trabajadores, y sus
familiares de primer grado, además estos aportes son efectuados en escala
proporcional al sueldo o jornal y también contribuye el Estado, como patrono.
Con esta medida el total de los aportes de ferroviarios activos y jubilados afiliados,
ascendió a 200.000 personas, lo que significa, incluyendo los familiares de los
mismos, que casi 500.000 personas recibirán en adelante asistencia médica.
Los ingresos mensuales por contribución obrera y patronal han pasado de m$n.
53.000 a más de m$n. 400.000.
Se proyectó el Policlínico de Asistencia y Previsión Social para Ferroviarios, con
una capacidad fijada de 500 camas y para la realización de esto, el Ministerio de
Obres Públicas, ha cedido un terreno ubicado en la zona del Puerto de la Capital, y
al Estado ha acordado un subsidio de n$m 1.000.000.
Además se han establecido numerosos consultorios externos regionales los cuales
sirven a los núcleos ferroviarios con la instalación de sanatorios y hospitales.
El trabajador del campo, el más abandonado por los órganos del Estado ha
encontrado en la Secretaría de Trabajo y Previsión, un denodado defensor.
Originados en la Dirección General del Trabajo, recibirán sanción del Poder
Ejecutivo los decretos que fijaron salarios y condiciones para la cosecha fina, la
cosecha del maíz y la zafra del azúcar. Previa una investigación y un detallado
estudio de las posibilidades económicas de cada zona, fue promulgado el Estatuto
del Peón que beneficia a más de 300.000 personas, que trabajan con carácter
permanente. Los aumentos otorgados representan alrededor de $ 24 por persona y
más o sea 7.000.000 de pesos mensuales, y 83.000.000 por año.
Los problemas del trabajador industrial también han sido considerados. Los
ocupados en los Frigoríficos se han visto amparados por un decreto que asegura un
mínimo mensual de horas de trabajo; el personal de sanatorios, hospitales
particulares y clínicas fueron beneficiados por un ajuste de salarios; los
telegrafistas han visto mejoradas las condiciones en que prestan el trabajo; los
peluqueros han logrado un nuevo régimen de retribuciones.
En orden a las nuevas estructuras jurídicas, la Dirección General del Trabajo,
proyectó el decreto, ya sancionado, creando y organizando los Tribunales de
Trabajo, ha modificado la forma de calcular el salario diario a los efectos de la
indemnización por accidentes: ha determinado excepciones ocasionales al régimen
general de trabajo en razón de las circunstancias provocadas por la guerra; ha
solucionado las dificultades que se presentaban en ciertas actividades con respecto
al pago de los salarios en días feriados, y ha intervenido en múltiples casos con el
fin de aclarar o precisar el alcance, la legislación del trabajo.
La Dirección de Aprendizaje y Orientación Profesional, está desarrollando sus
tareas de organización; ha preparado ciclos de conferencias, clases y exhibiciones
cinematográficas; ha redactado los programas de cultura general; con la
colaboración del Consejo Nacional de Estadísticas y Censos, obtuvo el
empadronamiento de los Establecimientos Industriales y de los Menores, que
trabajan en ellos; ha trazado las bases del Departamento Psicotécnico. Esta labor
de organización se ha unido a varias realizaciones inmediatas, a saber: elaboración
de 26 planes de estudios, creación de cursos de perfeccionamiento para obreros;
celebración de actos deportivos.
La Caja Nacional de Ahorro Postal, tras una intensísima labor, ha aumentado en el
curso de 1944, en 284 % la cantidad de depositantes que tenía en 1940, y el
crecimiento de depósitos líquidos en 532. La caja ha requerido la colaboración
ofreciendo aguinaldos y libretas de ahorro a sus servidores, en las escuelas oficiales
se ha hecho obligatoria la enseñanza del ahorro, y cada establecimiento escolar en
una agencia de la Caja; el material didáctico para la enseñanza del ahorro, se ha
enriquecido con nuevas películas cinematográfica, láminas, castillas escolares,
folletos, etc.; se han realizado giras de fomento por el interior del país, y se ha
conmemorado con gran esplendor el Día Universal del Ahorro.
La Cámara de Alquileres, ha proseguido desempeñando su laboriosa gestión de
bien público, de acuerdo las disposiciones legales que la rigen y han propiciado la
promulgación de nuevas medidas que hace más eficaz su cometido. Entre otras
figuras, las referentes a la forma y límites de la prestación obligatoria de los
servicios de calefacción y agua caliente y aceptación de consignación de fondos para
el pago de alquileres.
La Dirección de Migraciones, ha fiscalizado los pedidos de permiso de entrada.
Esta tarea ha podido desarrollarla gracias a la reorganización de los destacamentos
fronterizos y a la labor coordinada con la Prefectura General Marítima y
Gendarmería Nacional. Ha realizado varios estudios de su especialidad y en lo
referente al tránsito de pasajeros con las naciones limítrofes se ha firmado un
nuevo convenio con el gobierno de Chile y están en estudio los que regirán las
relaciones con Uruguay y Paraguay. Importante ha sido también la tarea del
Registro Médico y Secretaría Privada. Todos estos resortes administrativos han
cumplido sus funciones con la aspiración común de ser más útiles a la causa de la
justicia social. Los Servicios Estadísticos han cumplido sus fines de proveer, en
cada caso necesario la confrontación precisa y exacta de los hechos que se deseaba
conocer. La Secretaría de Trabajo y Previsión, presta atención preferente a la
cultura social por medio de sus Oficinas de Prensa y de Publicaciones Técnicas y la
Biblioteca especializada.
El primer dilema que se presentó al enfocar las directivas sociales, estaban
planteados en los siguientes términos: se crean potentes instituciones de
protección social, que constituyen una valla en torno del trabajador para que pueda
él hacer frente a una posible crisis que debemos prever, o se procede a combatir el
estado de ansiedad originado por la carestía de la vida.
Al analizar con detención el verdadero sentido del dilema, fue posible apreciar que
el estado de necesidad no era producido por una elevación circunstancial del costo
de la vida, sino por algo peor aún. Era un mal endémico, sufrido como
consecuencia del desnivel que desde antiguo existía entre las “necesidades reales y
efectivas de la familia obrera y el nivel de las retribuciones”. Estas venían siendo
notoriamente insuficientes desde mucho tiempo atrás. No se trataba, pues, de una
necesidad transitoria de vida a una circunstancia que originara un accidental
aumento del costo de la vida, sino que el nivel de vida era ya insuficiente en épocas
normales, e incluso en momentos de auge económico. La razón es obvia. El auge
económico lleva aparejada el alza de los precios, pero rara vez los salarios logran
una adecuada correlación. Estas razones determinaron que el apasionante dilema
fuera resuelto con una fórmula salomónica. Una parte se destinaría a la inmediata
liberación de las retribuciones.
Otra, a las previsiones y garantías para el futuro de los trabajadores. Hacer de una
vez todo lo que hacía –y sigue haciendo- falta era abrumar la economía general del
país, con cargas excesivas y comprometer la eficacia de las mejoras concedidas.
Para evitar retrocesos que siempre causan descrédito y fomentan desalientos, se ha
avanzado con precaución, tanteando las posibilidades de penetración y
consolidación subsiguiente. No hemos olvidado nunca que los derechos y los
intereses de los patrones y trabajadores, los resortes vitales de la economía, podían
ver entorpecido su desarrollo si practicábamos experiencias arriesgadas o nos
lanzábamos a adoptar contraproducentes radicalismos. De esta manera, las
retribuciones han ido emparejándose con las necesidades esenciales de la familia
obrera por medio de convenios colectivos. La legislación ha sido retocada en ciertos
aspectos que la realidad señalaba como perjudiciales y la protección futura se ha
establecido a través de etapas que han conducido a la creación del Instituto
Nacional de Previsión Social.
No se oculta que la verdadera transformación que debe operarse en las relaciones
entre patrones y obreros no debe basarse en la política de los salarios, o mejor
dicho en los aumentos de los salarios que puede perderse con tanta o más facilidad
con que se logran. La verdadera protección de los trabajadores, se encontrará
enana organización potente y efectiva, que opere conjuntamente con una potente
organización del Estado de derecho que sea conocedor de las necesidades de todos
los grupos sociales y administre justicia sin claudicaciones.
Se me tacha de haber agitado la conciencia obrera del país, de haber creado un
problema social que no existía, cuando lo que he hecho ha sido buscar los medios
para encontrar soluciones al se venía ocultando. En vez de ocultarlo, en vez de
solucionar las desigualdades y las injusticias sociales, lo he puesto al descubierto
para que todos supiéramos dónde estaba el mal, que pudiéramos hallar los
remedios más convenientes.
La táctica ha sido muy otra de la que habían seguido los gobiernos de las últimas
décadas; la táctica anterior consistía en fingir un bienestar social, acreditado tan
solo por el orden aparente de la calle, con la finalidad exclusiva de no perturbar las
buenas digestiones de la burguesía dorada. El destino económico de los
trabajadores estaba exclusivamente en manos de los patrones. Si no las satisfacía
un pedido de reivindicación de los trabajadores, se negaban a formar parte de los
Consejos de trabajo que autorizaba la ley 8.999 y, ante esta negativa, el Estado ya
no podía intervenir. Y si los obreros organizaban un movimiento de protesta o
adoptaban cualquier actitud defensiva de sus derechos, quedaban fuera de la ley y
expuestos a la represalia patronal y a la represión de la policía.
Pero usar esta política revela poseer una mentalidad muy parecida al instinto del
avestruz que mete la cabeza bajo la tierra para no ver el peligro que se avecina, y,
además demuestra la sensibilidad característica de los fríos de corazón que podría
ser compatible con la ostensible prestación de las obras de beneficencia,
combinadas con festejos al aire libre, pero que ni remotamente alcanzan los
linderos de la justicia social.
Se comprende pues, que no conociendo el arte del disimulo, haya expuesto –como
era mi deber hacerlo- a la conciencia pública, las angustiosas situaciones que
acongojaban mis sentimientos a medida que adentraba en el dédalo inextricable de
las leyes, decretos, órdenes, resoluciones, fallos y sentencias, que en gran número
de casos coartaban los derechos del trabajador o que, si se les reconocían, había tal
cúmulo de trabas y que si no eran letra muerta servían para matar hasta el último
resquicio de esperanza en la justicia.
Yo he removido este estado de cosas y si por haber salido en defensa del derecho de
los hombres que trabajan, mi nombre ha de ser execrado por los que vivían felices
con la infelicidad de cuantos contribuían a levantar o incrementar sus fortunas,
¿Bendigo a Dios por haberme hecho acreedor a tal execración!
Y no es que yo me ponga al lado de los que tienen sed de justicia para enfrenarme
con un determinado grupo social. Lo que hago es contribuir con todas mis fuerzas a
que cese la arbitrariedad, la injusticia y el egoísmo entre patrones y obreros; a que
la concordia presida sus relaciones; a que la malicia en los contratos sea sustituida
por la mutua buena fe; en que el trato humano que al personal dispensen los
patrones y sus representantes sea la garantía más firma de la disciplina. No soy
partidario del desorden en la calle ni en los lugares de trabajo pero debemos
comenzar por poner orden al modo de proceder con nuestros semejantes y con
mayor motivo con aquellos que contribuyen con su inteligencia y son sus brazos a
que prosperen las empresas en que empeñamos nuestra acción.
Hace pocos días ha tenido la honra de dirigirme por radiotelefonía a la opinión
pública de nuestro Continente, exponiendo las grandes líneas de nuestra
orientación económico-social. Esta orientación expuesta clara y sobriamente puede
reunirse así: “Reconocimiento defensa de los derechos e intereses de los patrones y
de los trabajadores, para que la Argentina sea una Nación próspera y justa dentro
de la hermandad americana”.
Sé muy bien que para alcanzar estas finalidades no basta la simple acción del
Estado; sé muy bien que se requiere la acción de las mejores inteligencias y el
apoyo de los más esforzados corazones de cuantos juzguen que tal es el deber de la
hora actual. Por ello aprovecho esta hora solemne que vivimos en los exterior y en
lo interno; este momento decisivo de la historia de la humanidad, este instante de
recogimiento de las fuerzas del trabajo en la fecha conmemorativa de su festividad,
para hacer una vez más, el llamamiento cordial y sincero a todos los hombres de
buena voluntad, patrones y trabajadores, para que, de una vez por todas, sientan la
responsabilidad que sobre ellos recae, y que el Gobierno de la Nación comparte en
el ordenamiento de las actividades económicas en los ciclos que se avecinan.
Que se convenzan los díscolos, los descreídos , los intransigentes; que se convenzan
los resentidos, los amargados, los envidiosos, que se convenzan los impacientes y
los retardatarios; la Argentina ha de lograr, por encima de todo, el triunfo de los
ideales de la Revolución, porque estos ideales se confunden con el propio ser de la
Patria, con el propio sentimiento criollo de comprender la vida y con el propio
anhelo triunfal de nuestro pueblo de que sin mentiras ni excusas imperen los
principios de nuestra Constitución.
Es preciso insistir en que los principios constitucionales han de imperar
libremente, porque ni el fraude ni la violencia, ni las amenazas ni los halagos, ni las
veleidades de los hombres, pueden torces los caminos de nuestra vida institucional.
Nuestra vida institucional se ha desarrollado en el ambiente tímido y confortable
de los salones, con esas flores de invernadero que se mustian al contacto del aire y
de los rayos del sol. Hoy la vida es mucho más ardua que la transcurrida en el
período que lleva recorrido nuestra patria como país libre y políticamente
organizado; hoy necesitamos estar curtidos para que no nos perturbe la intemperie
así nos expongamos al aire o a los rayos del sol. Por esto no debemos enfrentarnos
con la realidad por dura que sea y conservar toda nuestra presencia de ánimo para
resolver los problemas que se nos planteen. Y si nos encontramos ante un problema
social grave, que no hemos creado, provocado ni agravado, sino que existía y se
disimulaba, que era una realidad peligrosa, debemos apelar a todos los remedios
para lograr su curación. Conozco los linderos que separan una reivindicación
obrera de índole económico social, de otra que aspire al dominio del proletariado.
Conozco que tan peligroso es para nuestra paz interna el extremista que aspira al
triunfo para vengarse de las injusticias recibidas como el potentado que financia las
fuerzas opresoras del pueblo.
Y conozco, y todo el país ha tenido ocasión de conocer en estos día, cuánto o más
peligrosa es la alianza entre unos y otros cuando pretenden a toda costa apoderarse
del poder con la secreta esperanza, por parte de cada uno, de sacarse de en medio
al aliado para quedar como único amo y señor de la situación.
Que se convenza el país entero de que ni la intimación ni otro medio extorsivo de
ninguna clase, nos apartarán del camino emprendido de implantar la justicia social
y de devolver al país la Constitución que ahora preservan las armas, para que no la
contaminen el fraude ni la violencia.
No debemos seguir conductas equívocas ni emplear métodos tortuosos. Debemos ir
con la verdad en la mano. Debemos hacer derroche de sinceridad. Porque por
arduos que sean los problemas, siempre se encuentra solución, cuando hay buena
voluntad; por esto deseo que se me expongan sus eufemismos y sin reservas de
igual modo que si en mi juicio me equivoco, agradezco siempre que se me advierta
el error. Soy hombre que tiene la valentía de rectificarse. Por esto desprecio las
formas tortuosas y las actitudes solapadas; por esto no transijo con el engaño ni
con el disimulo.
Ayer, ante pleno Consejo Nacional de Postguerra denuncié públicamente una
maniobra subterránea que, de modo sutil, saboteaba la acción de gobierno en el
campo económico. Mientras se procedía a estructurar los resortes de la economía
interna en forma que permitiera orillar las dificultades surgidas por reflejo de cinco
años y medio de guerra y, mientras se procuraba que nuestro país no estuviera
ausente de las estructuras del futuro dentro de la armonía continental, unos grupos
capitalistas, los que más se han caracterizado siempre por su oposición encarnizada
a las reivindicaciones obreras, tramaron una incalificable maniobra para
neutralizar las medidas que venían adoptándose para detener la elevación del costo
de la vida, en primer lugar y contrarrestar los efectos de la inflación, en segundo
término.
No me refiero a quienes abiertamente –aunque basándose en hechos deformados-,
hayan podido expresarme discrepancias o disconformidades con la política
económico-social; me refiero a quienes ocultamente han maniobrado sin dar la
cara, engañando y confundiendo las conciencias y procurando desacreditar la obra
de gobierno para formas un clima favorable a la rebelión y llevar al poder a unos
gobernantes que, son sus palabras “restituyeron a las fuerzas vivas del país las
quitas que para ellos representan las mejoras concedidas a los obreros”.
Y el clima favorable a la rebelión han venido formándolo de la manera más sutil y
solapada que podía ocurrírseles; provocando el aumento general de precios de
todos los artículos que no están regulados por la ley 12.591, sustrayendo al
consumo las mercaderías que abarrotan sus depósitos y recargando artificialmente
el valor de toda clase de negocios y transacciones, con lo que han pretendido
agobiar al consumidor, principalmente a la clase media, dándole a entender, con
hábiles campañas, que la impericia del gobierno conducida al caos económico.
Resumiendo: algunos industriales y comerciantes, asesorados por letrados
especialistas en discutir los derechos de los trabajadores se han coaligado o
confabulado para:
1º) provocar aumentos indebidos del precio de las cosas
2º) beneficiarse ilícitamente con las especulaciones
3º) desacreditar la obra de gobierno haciendo aparecer ante los consumidores que
las medidas de protección social en vez de mejorarla empeoraba su situación
4º) sabotear las medidas de buen gobierno dictadas para reprimir el agio, la
especulación y la inflación
5º) mantener un estado de inquietud e inseguridad en la población provocando
desconfianzas y recelos a la acción de Gobierno
6º) crear un clima favorable a la subversión social
7º) aliar a su empresa a cuantos pudieren prestarles un apoyo para intentar el
entronizamiento de unos gobernantes que arrancaran las conquistas obreras y
restituyeran a los industriales y comerciantes el dinero que han abonado en
concepto de aumento de salario, vacaciones pagas, jubilaciones y otras mejoras que
en este año y medio último se han establecido.
Estas actitudes obligan al Gobierno a precaverse todavía más para que no puedan
repetirse hechos de esta naturaleza. Estas precauciones darán lugar a protesta más
o menos veladas censurando las medidas que se adopten para anular o neutralizar
tan criminales intentos. Y la credulidad pública, dispuesta siempre a opinar sin el
debido conocimiento de los hechos y desconfianza de las informaciones oficiales,
volverá a ser vehículo de rumos malsanos que enervan, perturban y pueden llegar a
esterilizar las mejores intenciones y los mayores aciertos. Son demasiados
solemnes las horas que vivimos para debatirnos en un ambiente irreal creado por
fantásticos rumores.
Es conveniente que tampoco sea abultada la situación de los trabajadores en sus
pedidos de reivindicación. Es necesario ajustar las necesidades individuales y
familiares a las posibilidades de la economía general, no sólo interna sino la creada
por la interdependencia mundial.
En esta coyuntura, sería realmente utópico pretender conseguir lo que el país no
esté en condiciones de dar. De ahí que de nuevo, insista en recomendar la posición
de equilibrio y comprensión entre los patronos y trabajadores con el concurso
efectivo del Estado, no para que éste gobierne en casa ajena, sino para que oriente,
aconseje y haga cumplir lo que mejor resulta al bienestar de la comunidad nacional.
En esta trayectoria que me he trazado para orientar el ordenamiento económicosocial argentino, no hay vadazos hacia la derecha ni hacia la izquierda. Hay el
propósito firme de evitar que la nace del Estado encalle en un banco de egoísmos o
en un banco de odios, por que el desastre sería idéntico.
Repito una vez más que las reivindicaciones logradas por los trabajadores
argentinos han de persistir y que las fuentes de riquezas serán estimuladas y
respetadas; pero también repito que la rebeldía, el “sabotaje” y la intriga, venga de
donde viniere, será arrancada de raíz.
En estos últimos días algunas empresas comerciales, sociedades anónimas, bolsas
de comercio, etc., elevan pedidos al Gobierno. En este movimiento que es
absolutamente político, leo algún nombre de gran significación, que he leído
también en algunos de los documentos de la conspiración a que antes me he
referido.
Sería edificante en realidad, aceptar que hubiera tanta preocupación patriótica, en
nuestro mundo de los negocios. Un grupo de “políticos criollos” está en cambio
mezclado en todo esto. Se pretende obtener que la reforma social naufrague. Se
busca alcanzar que el Gobierno se asuste y se deje manejar por los señores de
siempre y sean instrumentos de sus manejos.
Estamos frente a Europa destruida. Tenemos campos y tierras fértiles. Somos
trabajadores y no somos tontos. La República Argentina es casi el único país del
mundo que puede criar y engordar a la intemperie, sin techo, inmensos rebaños de
animales, que debemos vales por lo que valen a quienes los necesitan. Tenemos la
única tierra del mundo que dará cuarenta años de trigo sin abonarla.
¿Por qué tanto miedo?
Estos señores que hacen peregrinaciones ante el Gobierno hay que aceptar que son
en su mayoría intermediarios; que ninguno de ellos extrae la riqueza de la tierra ni
la elabora. La sociedad humana debe ser una cosa orgánica no un río revuelto. Una
cosa es producir y otra traficar con el producto ajeno. Peor aún cuando los que
manejan desde bambalinas son los políticos que ambicionan volver a ser el
instrumento de las combinaciones económicas que los financian y los utilicen.
El gobierno vela por el bien del país. Esta es su principal preocupación y lo que
anima todos sus actos. Los argentinos útiles deben estar tranquilos, trabajar y
producir; entregar sus productos argentinos al mundo hambriento y necesitado y
todos los “fantasmas” con que los traficantes quieren asustar, desaparecerán.
La riqueza de la Nación, extraída del suelo por las duras manos del labriego y
elaborada por las callosas manos del obrero es el patrimonio del pueblo al servicio
de su felicidad y de la grandeza material de la patria. No podría justificarse ni
aceptarse que lo fuera en beneficio de una clase y menos aún de los traficantes de
mercancía, verdaderos prestidigitadores del precio, que al pasar la riqueza ajena
por sus manos, pierde la mitad real de su valor para su verdadero propietario.
La especulación incontrolada es el azote más terrible para el elemento humano de
los pueblos que los condena a una muerte lenta por inanición.
El salario es la base y el punto de partida de todo el ordenamiento económicosocial, porque la salud y el estómago no admiten economías. Nadie debe en estos
tiempos pretender competir en precios a base de salarios de hambre. La
competencia ha de buscarse en el orden interior como internacional, por la
perfección orgánica, la mejor mano de obra, la maquinaria moderna y la nobleza de
calidad.
El Estado, custodio de la justicia social y de la honradez como del honor nacional
en su aspecto integral, tiene la obligación de velar porque no se desvíe el curso
verdadero de la justicia distributiva. Por eso, la justicia que propugnamos como
base de la convivencia armónica de la ciudadanía nacional, tiende sencillamente a
dar al “Cesar lo que es del Cesar”.
Sabemos que el último decreto-ley de granos será criticado en los bufetes porteños,
pero la Secretaría de Industria y Comercio, asegurará al chacarero con él, más de
cien millones de pesos que, de otra manera, irían a parar a la bolsa de
intermediarios.
Sabemos que las conquistas sociales serán resistidas, pero la Secretaría de Trabajo
y Previsión, asegurará con ellas el pan de los pobres y el derecho que ellos tienen de
vivir como la gente.
Labriego y obrero, verdaderos artífices de la riqueza de los pueblos, reivindicarán
sus derechos al amparo del Estado que propugna una justicia superior a las demás
justicias de la tierra.